Escribir para hablar

Texto teatral

Los alumnos de Refuerzo de Lengua de 2ºESO han elaborado un texto teatral basado en Los instantes perfectos, de Ana Alonso, y han hecho una lectura dramatizada, que han publicado RadioEdu.

Primero han escrito un resumen de la novela y su opinión sobre la misma.

Resumen y opinión:

LOS INSTANTES PERFECTOS


Arsenio era un ladrón de guante blanco que robó a la condesa de Tellington. la condesa era la abuela de Cecilia, una niña que quería ser ladrona de guante blanco y para ello chantajea a Arsenio. Le dijo que, si no le enseñaba, se lo diría a la policía.


Arsenio se comprometió a enseñarle y se dieron cuenta de que una piedra de las que había robado era un instante perfecto. Fueron a ver a un amigo de Arsenio llamado Popper para que les ayudara. En el instante perfecto aparecía el hotel "Tres Campanas". Decidieron ir allí para ver quiénes eran los de las imágenes. Descubrieron que era la condesa y el dueño del hotel que habían sido marido y mujer. Al enterarse de esto, Cecilia entendió por qué su abuela estaba tan amargada: le habían quitado su recuerdo más feliz.


Ella quería que su abuela volviese a ser feliz y le pidió ayuda a Arsenio para poder hacerlo. Quedaron con Mauricio, que era el que creaba esas piedras mágicas. Intentaron convencerle para que extrajese el recuerdo, pero Mauricio dijo que quería algo a cambio: unas piedras que robó Arsenio. Este tuvo que ir a su casa a por ellas y dejar a Cecilia con Mauricio en su ausencia. Mauricio extrajo la autoestima de Cecilia. Cuando Arsenio se enteró, se enfadó y volvió para recuperar la autoestima. Para ello, trazaron un plan para que Mauricio no los descubriera. Arsenio le dio cloroformo para dormirlo, le extrajo la memoria y la puso en una pastilla. Arsenio y Cecilia fueron a buscar el instante perfecto donde Mauricio inyectó la autoestima de Cecilia. Arsenio cogió una de las agujas de Mauricio que son mágicas y la inyectó con cuidado en el rubí rojo. Sacó la autoestima de Cecilia, el líquido que soltó lo convirtió en gominola y se lo dio a Cecilia para que se lo comiese y así recuperó su autoestima.

Arsenio cogió una aguja y fue a Mauricio para quitarle la memoria e inyectarla en una gema de tal manera que la convirtió en un instante perfecto.


Citaron a la abuela de Cecilia y a Nicolás Levos en la casa de Popper, le dieron un caramelo que contenía sus recuerdos y recuperaron la memoria.

Arsenio dejó de ser ladrón y Cecilia cambió de opinión.


OPINIÓN:


Nos ha parecido una obra muy interesante, ya que tiene mucho misterio y sorpresas; pero resulta muy infantil y fantasioso.

Texto teatral basado en Los instantes perfectos de Ana Alonso



(En la cocina de Popper)


POPPER: Tenías razón, Arsenio. Esa piedra contiene el recuerdo del momento en el que Mauricio robó la autoestima de Cecilia para fabricar un rubí sangriento.

ARSENIO: ¿Estás segura de que quieres quedarte con la piedra, Cecilia? Puede traer malos recuerdos.

CECILIA: (Alegre) Al contrario. Acordarme de Mauricio no me entristece, sino que me alegra. Me siento fuerte.

LUPI: (Pensativo) Bueno, pensándolo bien, la piedra pertenece a tu abuela, Cecilia; pues es uno de los diamantes que robaste, Arsenio. (Mirando a Cecilia) Supongo que no habrá inconveniente legal en que te lo quedes tú. Es de la familia.

ARSENIO: Yo en realidad lo que robé fue un instante perfecto.

LUPI: Sí, sí (impaciente). Ahora vuelve a serlo. En todo caso, señorita (refiriéndose a Cecilia), no olvide que debe devolver todas las demás joyas a su abuela.

ARSENIO: Vamos, Lupi. Deja de hacer de policía. Ya te he dicho que mis días de ladrón se han terminado.

LUPI: (Preocupado) Hasta que no detenga a ese Mauricio no estaré tranquilo.

CECILIA: (Inquieta) Tardan mucho, ¿no crees?

ARSENIO: El hotel Las Tres Campanas está bastante lejos. Es normal que el señor Levos tarde.

CECILIA: Pero, ¿y mi abuela? Ella vive en la ciudad y ya tendría que haber llegado. Espero que no haya cambiado de opinión en el último momento...

ARSENIO: Estoy seguro de que no. A pesar de su mal carácter, a su manera te quiere.


(Suena el timbre)

POPPER: (A Cecilia) ¿Quieres abrir tú?

(Vuelve a sonar el timbre)

CONDESA DE TELLINGTON: Parece mentira, Cecilia, nunca pensé que fueras tan insensata como para escaparte de casa y encima quieres que venga yo en persona a recogerte. ¿Qué clase de sitio es este?

CECILIA: Abuela, te presento a Arsenio Colinas y al profesor Popper. Son amigos míos... Me han ayudado mucho y tenía ganas de presentarlos.

CONDESA DE TELLINGTON: ¿Son ustedes los que han ayudado a esta niña a esconderse? Voy a denunciarlos por no devolverla. ¡No os dais cuenta de que una niña no puede andar sola por ahí cuando le dé la gana!

CECILIA: No he estado sola, abuela. He estado con ellos...

CONDESA DE TELLINGTON: Pues peor aún, son desconocidos. ¿Cecilia, no comprendes que pueden ser unos ladrones?

ARSENIO: Mi querida condesa. ¡Yo, un ladrón! ¿Acaso tengo pinta de ladrón?

CONDESA DE TELLINGTON: No, usted tiene pinta de caballero, pero aún así, tenía que haberme avisado antes.

ARSENIO: Es que no sabía qué camino tomar. Pensaba que la prensa se enteraría de todo. Supuse que a una gran dama como usted no le gustan nada los escándalos.

CONDESA DE TELLINGTON: En eso tiene usted razón estas cosas hay que resolverlas de manera discreta, pero me he puesto muy nerviosa.

POPPER: Ahora ya puede relajarse, señora condesa. ¿Quiere sentarse? Tómese un vaso de agua.

CONDESA DE TELLINGTON: (Después de oler el vaso de agua que tiene polvos pica pica) Achís, achís, Dios mío, ¿qué es esto? Tiene que ser alergia.

ARSENIO: Permítame, señora condesa, tómese este caramelo. Seguro que le aliviará.

CONDESA DE TELLINGTON: Puajjjj, qué mal sabe. Uy, me siento rara. Me acabo de acordar de una cosa que hace mucho tiempo no se me pasaba por la cabeza. ¿Cómo pude olvidarlo? (Mirando a Cecilia). Qué preocupada estaba. La culpa ha sido mía por no hacerte caso... ¿Cómo puede ser que en todos estos años no haya recordado algo así?


(Suena el timbre y Popper va a abrir).


CONDESA DE TELLINGTON: ¡Nicolás!

NICOLÁS LEVOS: ¡Julia! ¿Cómo tú por aquí?

CONDESA DE TELLINGTON: Creo que esto es cosa de mi nieta, deja que te la presente.

NICOLÁS LEVOS: Ya nos conocemos, ¿Podéis explicarme qué pasa?

ARSENIO: Antes tómese esta gominola.

NICOLÁS LEVOS: No me gustan las gominolas, gracias.

CECILIA: Esta gominola sí le gustará.


(Nicolás se ve forzado a tomársela).


NICOLÁS LEVOS: Julia, me acabo de acordar de una cosa....

CONDESA DE TELLINGTON: ¿Aquella noche en Las Tres Campanas?

NICOLÁS LEVOS: ¿Tú también te acuerdas?

CONDESA DE TELLINGTON: Lo había olvidado.

NICOLÁS LEVOS: Han pasado muchos años, pero nunca es tarde, ¿quieres volver a Las Tres Campanas?

CONDESA DE TELLINGTON: Era un sitio encantador, ¿existirá todavía?

CECILIA: Claro que existe. El señor Levos lo compró.

NICOLÁS LEVOS: El hotel me pertenece y ahora también te pertenece a ti. ¿Quieres que volvamos a casarnos ahí ?

CONDESA DE TELLINGTON: Sí. ¡Estáis todos invitados! :) 


Sara, Aitana, Naomi y Alejandro, 2ºESO.

Responsable de la página: Sonia Gara Arboleya Olivares
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